¿Qué es el cielo, para mí, sin un recuerdo tuyo?
No pido mucho al destino, no hay algo que pueda ya pedir. Me lo ha dado todo, y me lo ha quitado. ¿Qué prepara para mí, y para nosotras?
Sentir tu amor a la distancia es como cuando encendía una radio en mitad de la noche, cuando todo está oscuro y los pensamientos se escabullen en las sombras. Cierra los ojos, déjate llevar, escucha la dulce voz; no hay nada que pedir. Y mientras la cama me mece en sus brazos de mantas, mientras escucho la repetición de esas veces que cantabas y bailábamos, una pequeña cosa se esconde dentro mío.
Desde el pasado me hablo, desde el pasado siempre me conté cosas. ¿Recordás que se me caían lágrimas esas aquellas veces? Mientras nos movíamos juntas lentamente, yo no podía contener mi emoción; no puedo hacerlo ahora. Lo recuerdo, lo recuerdo y lo siento en mí. Así es la nostalgia para alguien que conoce sólo poco más que la melancolía. La felicidad de estar con vos, de tenerte en brazos, de besarnos mejilla con mejilla, mis pestañas cerradas para sentir solamente como estás a mi lado; era demasiado para mí. Cuando alguien habla de felicidad, habla de nosotras acariciándonos para calmarnos, o de como yo te alzaba en Avenida de Mayo, vos riendo sobre mis hombros mientras todos los demás eran testigos de nuestro amor. Quizás por eso nos fruncían el ceño. Era un crimen ser tan feliz.
Es un crimen cuánto extraño tus besos, que hacían de mis latidos un ritmo melódico de amor. Es un crimen cuánto extraño tu risa, que de sólo pensarla me está haciendo sonreír. Es un crimen cuánto extraño tu presencia, que aligeraba el peso del mundo hasta que se convertía en sólo un respiro. Es un crimen cuánto te extraño, es un crimen cuánto de mí se desenvuelve a energía de tu amor. Mis manos están vacías cuando no tomo las tuyas para cruzar; cruzar por los caminos de los paisajes que alguna vez fueron nuestro pequeño escenario, para tanto cariño. Porque te extraño.
Cuánto crimen que me castiga con números y números que crecen, por cada centímetro sin tu calor, por cada segundo sin tu amor. Frío, frío sin sentido, de la radio sólo suena ruido que no acompaña, que no me deja soñar. Soy menos, y menos, y menos, y algún día seremos más.
Porque no todo es invierno. Cuando la nieve se derrite, y la pintura rosa de las nubes se vuelca sobre las flores, sólo puede significar tu regreso, mi pequeño sol. Seremos más, entre pétalos que el viento separa y vielve a juntar; como un director de orquesta que une todo para el gran final, un cisne que deja plumas blancas que nunca dejan de caer... porque siempre estarán volando.
La primavera se acerca, con una frutilla en la boca. Cenizas siempre quedan en donde alguna vez hubo fuego.